30 de mayo de 2014

En recuerdo del Cordobazo

(Argentina) El 28 de junio de 1966, apelando una vez más a la violencia asesina las FF.AA. reinauguraron un período aciago, que puso al país al servicio de una pequeña clase dominante que respondía a los intereses imperialista. La dictadura militar duró hasta el 25 de mayo de 1973. Fueron años de negación absoluta de todos los derechos, pero también de grandes y valerosas luchas obreras y populares. La más importante de ellas fue el Cordobazo ocurrido el 29 y 30 de mayo de 1969. Selló el fin de Onganía y quizás el punto de partida de la caída del régimen militar.

El Cordobazo vino precedido de hechos de gran importancia política. El 21 de marzo se dio a publicidad la Declaración de Córdoba, al respecto Agustín Tosco escribió: “podríamos decir que engendraron la heroica reacción popular del Cordobazo”.

Los trabajadores metalúrgicos, del transporte y otros gremios cordobeses declararon paro los días 15 y 16 de mayo, inmediatamente se sumaron los estudiantes. Se paraliza la ciudad y el Gobierno de la provincia reprime ferozmente.

En otros lugares del país, estallan conflictos estudiantiles. En Corrientes es asesinado el estudiante Juan José Cabral y ese hecho tiene honda repercusión en Córdoba. Los universitarios profundizan su trabajo y acuerdos con la CGT que dirige Agustín Tosco.
En otra movilización, el 18, es asesinado en Rosario el estudiante Adolfo Ramón Bello, lo que genera una inmediata reacción a través de una marcha convocada por  la CGT cordobesa junto con los estudiantes y sacerdotes del tercer mundo.

El 21 de mayo se concreta un paro general de los estudiantes. Rosario vuelve a tener una nueva víctima, el estudiante y aprendiz de metalúrgico, Norberto Blanco.

El 22 de mayo se suman los estudiantes de la Universidad Católica. El 23 es copado el Barrio Clínicas, allí la policía hiere gravemente de un balazo a Héctor Cresta. Los enfrenamientos son cada vez más serios y la policía actúa con saña creciente.

El 26 de mayo, el movimiento obrero cordobés resuelve un paro general de actividades de 37 horas a partir de las once de la mañana del 29 de mayo. Los estudiantes adhieren.

En la mañana del 29 se pone en marcha un mecanismo perfectamente planificado, sin espontaneismo, ni improvisación y sin grupos extraños (así lo recuerda Tosco). El día amanece tenso. La policía reprime indiscriminadamente a los trabajadores de Luz y Fuerza. Los trabajadores de Smata van llegando al centro de la ciudad, mientras se conoce la noticia del asesinato de Máximo Mena, del Sindicato de Mecánicos.

Lo pasos siguientes Agustín Tosco los recuerda así: “Se produce el estallido popular, la rebeldía contra tantas injusticias, contra los asesinatos,  contra los atropellos. Nadie controla la situación. Es el Pueblo. Son las bases sindicales y estudiantiles, que luchan enardecidas. Todos ayudan. El apoyo total de toda la población se da tanto en el centro como en los barrios”. “Es la toma de conciencia de todos evidenciándose en las calles contra tantas prohibiciones que se plantearon. Nada de tutelas, ni de los usurpadores del poder, ni de los participantes”.

Al caer la noche el dictador Onganía decidió enviar al ejército para reprimir y sofocar las manifestaciones. El saldo de la batalla  de Córdoba, conocido como El Cordobazo, es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Marcó una página en la historia argentina y latinoamericana que difícilmente se vaya a borrar.

El 12 de junio, desde la cárcel de Santa Rosa, Agustín Tosco escribía: “Rendimos, una vez más, profundo homenaje a nuestros mártires: Santiago Pampillón; Hilda Guerero Molina; Cabral; Bello; Blanco; Mena; y aquellos que por nuestra situación no conocemos sus nombres. A los que cayeron baja la represión brutal de la dictadura, un recuerdo sagrado y la seguridad histórica de que lo sectores del privilegio y de la reacción, no podrán detener, nunca, el avance de los pueblos por más crímenes que realicen, por mas ciudadanos que encarcelen, por más persecuciones y atropellos que cometan”.

Sin dudas que El Cordobazo está ligado a Tosco, como está entrelazado con Atilio López y René Salamanca. Se cumplieron 45 años de una de las batallas clasistas más importante de la historia moderna argentina, que dió nacimiento a una década de luchas obreras, políticas y populares sin precedentes. No estuvo en el recuerdo oficial, ni en ninguna de las centrales de trabajadores, tampoco en el discurso de los partidos políticos que se autotitulan “progresistas”, ¿será por la condición de lucha clasista y el pensamiento marxista de Agustín Tosco?, pese a que él nunca preguntó por el lineamiento político de los luchadores, solo importaba la lealtad con el pueblo.

Por: El colectivo de Somos los que Estamos

Fuente: La Lucha debe continuar. Testimonios del Cordobazo – Agustín Tosco (año 1975)

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