2 de mayo de 2014

El fascismo venezolano asesinó a un compañero de ruta de Chávez

En el acto de celebración del 1º de Mayo realizado en la Ciudad de Caracas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó ante miles de trabajadores allí reunidos, que el dirigente chavista Eliécer Otaiza fue brutalmente asesinado, tal como lo presentían millones de chavistas en todo el país.

Los restos de Otaiza fueron hallados el pasado sábado 26 de marzo con cuatro impactos de bala. El presidente del Consejo Municipal de Libertador fue vejado y torturado antes de recibir las balas que acabaron con su vida. La Justicia anunció que ya ha sido detenido uno de sus asesinos. El pueblo está convencido de que fue un crimen político contra la revolución. Para la derecha, es como si borrara un ítem de una lista de cosas que tiene por hacer.

Eliécer Otaiza fue compañeros de ruta de Hugo Chávez, desde el alzamiento frustrado del año 1992 y uno de los dirigentes más queridos por el pueblo, hecho que quedó demostrado en la última elección donde fue uno de los candidatos a concejal más votado de su territorio.

Maduro no dudó en vincular este asesinato con las acciones que el fascismo golpista venezolano viene tomando desde enero de este año, que no son más que la continuidad de la intentona iniciada en el año 2004. El presidente de Venezuela volvió a pedirles a los trabajadores organizados que no respondan a las provocaciones de la derecha, a pesar de que advirtió que en los planes del fascismo está el asesinato de otros dirigentes

Uno a la distancia, conociendo el estado de ánimo de los colectivos más activos de la patria de Bolívar, se pregunta si es justo este esfuerzo en aras de lograr una paz que los dirigentes de la derecha no respetan, no les interesa y parecería que la están usando para ganar tiempo.

El miércoles 30 de abril se reunió por primera vez, la Mesa de Derechos Humanos encargada de analizar los supuestos apremios que la derecha venezolana denuncia son o fueron sometidos los apresados durante las últimas revueltas. Sin que fuera ninguna novedad la derecha golpista no participó. ¿Dónde fueron a denunciar los apremios, a Washington, ante los autores intelectuales de estas maniobras desestabilizadoras?

Aún no se conoce que la derecha integrada a la llamada Mesa de Paz se haya pronunciado repudiando la muerte del dirigente chavista, por el contrario la prensa que le responde ya han urdido una explicación –de película norteamericana- de lo que habría sucedido con Otaiza y de paso replicar sobre un crecimiento de la inseguridad en la ciudad Capital de Venezuela.

No se trata de alentar una guerra civil, que siempre perjudicará a los más pobres y dañará el proceso revolucionario. ¿Pero no es hora de demostrar en la calle una actitud más enérgica hacia los enemigos de proceso? Actitud que incluya también menos concesiones en el área de la economía.

El continente necesita que Venezuela no detenga su marcha y uno no puede dejar de esperar que ello sea así. 


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