Argentina - Sobre las elecciones del pasado domingo 26/10.
No resulta del todo correcto analizar un resultado electoral
desde las mismas elecciones. Creo que en todo caso el resultado es el final de
un proceso, de un tiempo de aciertos y errores, de un enemigo que trabaja en
varios frentes y en uno de los
que trabaja es en solaparse, en esconderse, en vestirse de “popular” y ofrecer
“seguridad”, para algunos la seguridad del trabajo, para otros la seguridad de
sus bienes personales. Discursos, que calan hondo.
Nunca apoye el proceso del llamado Kirchnerismo. Hace mucho
que aprendí que los cambios nunca podrán venir de peronismo. Entiéndase por
cambios los de fondo, los que afectan la estructura social, económica y
política de una nación. Lo otro, si quieren los vividos en los último doce
años, son reformas, que aunque algunas de ellas le hacen la vida más llevadera
a una parte de la población –incluyo una parte de los más desprotegidos- nunca
son construidos sobre suelos firmes, con bases sólidas y futuros largos.
Por eso siempre tuve la certeza de que el kirchnerismo le
hacía daño a una Argentina que salía del 2001 con una enorme crisis
política propicia para animarnos a buscar salidas de fondo, no por la
movilización de las inservibles capas medias de Capital Federal –espejo de
aquellos días- sino porque la retirada de la Alianza era debido a que el edificio de
gobernabilidad se venía abajo, arrastrando una veintena de muertos.