25 de enero de 2019

EVITAR UN GOLPE EN VENEZUELA ES UNA NECESIDAD DE LOS PUEBLOS DEL CONTINENTE




A veces las reflexiones de los que opinan de política, sin segundas intenciones, logran confundirme. Me refiero al segmento –cada vez más chico- de la  sociedad argentina que entran dentro de la falsa categoría de “progresistas”.

En estos días Venezuela atraviesa momentos muy aciagos para su pueblo, donde en las próximas horas pueden definirse hacia cualquier lugar, pues nadie puede decir a ciencia cierta cuanto podrán avanzar los yanquis en esta coyuntura.

Está claro que Nicolás Maduro no pudo, no supo o no quiso continuar el camino de Hugo Chávez quien desde que ganó las elecciones en 1998 le imprimió un rumbo latinoamericanista, popular y antimperialista a su gobierno y convirtió a Venezuela en el segundo punto de referencia del  continente después de Cuba.

El chavismo impulsó formas de unidad continental, y hacia el interior de su país impuso logros que beneficiaron a su pueblo notablemente. Quien intente desconocer esa realidad entiende muy poco de la realidad continental y mundial o está en el campo del enemigo.


Chávez buscó el camino venezolano de liberación, y aunque muchos salieron a copiar sus frases y acciones, sus movimientos políticos siempre estuvieron orientadas a resolver los problemas de su pueblo y encontrar caminos de unión continental, (ALBA. UNASUR, CELAC).

Desde que asumió Chávez los yanquis empezaron a conspirar, el primer intento de golpe de estado fue en 2002 y desde allí hasta ahora no han parado para destruir el ejemplo de la Venezuela Bolivariana. Porque de eso se trata: de terminar con el ejemplo de los cambios populares que se produjeron en la patria de Bolívar y que estaban marcando un rumbo.

De ninguna manera se puede hablar de que Maduro llegó a su reelección cargado de ilegitimidad institucional y mucho menos nombrarlo como “dictador” o “usurpador”,  pues hubo elecciones como marca la Constitución, acordadas con la oposición (incluso adelantadas a pedidos de ellos), parte de la oposición participó en las mismas. No se puede hablar de sistema electoral fraudulento porque con ese sistema la oposición ganó las elecciones parlamentarias un año antes.

Que le pasa a estos falsos demócratas que se guían con lo que pública Clarín, la Nación y CNN, ¿no se trata de resguardar las instituciones?. Cuando en nuestro país algunos hablamos de que Macri se tiene que ir nos acusan de golpistas. ¿Y el desastre al que está arrastrando a la Argentina no es peor que el de Venezuela? Y eso que Argentina no está bloqueada por el imperio y no está boicoteada por la burguesía.

No hemos escuchado que se hayan levantado contra las maniobras imperiales en Brasil que llevaron a Jair Bolsonaro al gobierno. Muchos menos con el golpe parlamentario en Paraguay o los intentos contra Rafael Correa en Ecuador.

En Venezuela hay un ciudadano que se proclamó presidente de la nación, sin que lo vote nadie, y llamó al pueblo y las fuerzas armadas a derrocar a un gobierno legítimo. Un golpe de Estado liso y llano.

Una parte de esa gente convencida de que hay que terminar con Maduro sale a la calle con una virulencia muy poca veces vista en las movilizaciones callejeras, obviamente preparada con elementos que no son los que comúnmente se tienen en una casa de familia. Es decir están provisto para la acción violenta.

Cuando la derecha gobernó Venezuela el pueblo estaba entre los más pobres del continente a pesar de las riquezas naturales que poseen.

Los yanquis quieren apoderarse de Venezuela por dos cuestiones centrales:
1) terminar con la experiencia del Chavismos y mostrarle a los pueblos del continente que no se puede. Que si lo intentan ya saben lo que les espera.

2) recuperar el control del petróleo, ese petróleo que lo tienen a 4 o 5 días de distancia y no 40  o 45 días como el que viene de medio oriente. Obviamente tampoco le es ajeno el resto de las riquezas naturales de ese país.

Las instituciones venezolanas y el pueblo, sin injerencias extranjeras, deben encontrar la forma de resolver el gran problema económico en el que se encuentra, pero quienes son los que le van a dar consejos: Trump, Bolsonaro, Macri, Duque, Lenin Moreno, Piñera, Vizcarra, Mario Benítez, Almagro. Que catadura moral tienen estos tipos que son esbirros de los yanquis, represores de sus pueblos y hambreadores seriales.

No creo en el dialogo entre la derecha fascista y el gobierno en Venezuela. Creo en una solución popular que solo sale desde adentro del propio chavismo que tendría que ponerse los pantalones largos y cortar por donde sea necesario para abortar este golpe yanqui que pretende instalar la rosca petrolera nuevamente, hambrear al pueblo y nos pone en peores condiciones a todos los pueblos del continente.

Me irrita, preocupa y ocupa  que se aliente un golpe del imperialismo que dejará –entre tantas cosas- serios precedentes en el  continente y al pueblo venezolano a merced de una burguesía sedienta de venganza porque nunca acepto los avances del chavismo.  

Ernesto Salgado

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