19 de abril de 2016

Golpe parlamentario en Brasil. Otra derrota para la Patria Grande.

Este fin de semana asistimos, en Brasil, a uno de los más penosos y horripilantes espectáculos de una América Latina que se desgarró y se desgarra por encontrar un camino propio lejos de los designios del imperio yanky, que retomó la ofensiva con el asesinato de Hugo Chávez hace apenas 3 años.

La Cámara de Diputados bajo la presidencia del gánster de Eduardo Cunha imputó a una mujer decente a la que nadie se atrevió a atribuirle algún delito. Un carnaval de payasos portando disfraces y gritando por una moral que ellos no pueden sustentar, acusaron hipócritamente al gobierno de Dilma de corrupto, cuando un gran número de ellos está bajo sospecha de graves delitos de corrupción.