18 de diciembre de 2014

Y al final pasaron.....

“no pasaran, los venceremos amor no pasaran...” decía aquella canción que entonábamos por los ´80 junto a los compañeros nicaragüenses, junto a los camaradas cubanos, convencidos que podríamos evitar que los yankees invadieran Nicaragua.

Quizás subestimamos las técnicas de invasión que no son estrictamente militares, esas de penetraciones culturales, de bloqueos económicos, de infiltraciones y producción de malestar social, esas que se potenciaron con las nuevas tecnologías y la política de globalización.

Pero CUBA se mantuvo por 50 años construyendo un socialismo, un sistema distinto al capitalista que busca ser más justo en la generación y distribución de la riqueza, un sistema que no esté basado en la explotación de unos sobre otros. Un sistema en donde simplemente quepamos todos de forma digna, donde el buen vivir no sea una utopía.

Pero CUBA se quedó sola, perdimos la guerra fría, el mundo quedó gobernado por el Capitalismo y se lo instaló como el único sistema posible. El mercado hizo lo suyo, la ciencia y tecnología al servicio del consumo también, la globalización de la mano de las nuevas formas de comunicarse lejos de generar libertades de expresión, legitimaron el poder del capital sobre los hombres y mujeres del mundo, y se profundizaron los negocios legales e ilegales, el mundo se volvió un lugar complejo para habitar. Y Cuba sigue siendo esa isla, a la cual tratábamos de llegar los nostálgicos de aquel no pasarán, una isla donde el CHE está presente, un lugar para habitar, un lugar con problemas para resolver, pero honrando a su historia de revoluciones, honrando a FIDEL.

En estos días la apertura de acuerdos diplomáticos entre CUBA y EEUU  produce sensaciones encontradas. Es cierto que el bloqueo a CUBA genera muchos problemas a los cubanos, también es cierto que aun no ha sido levantado. Es cierto que los norteamericanos tuvieron que reconocer que en 50 años no pudieron con la revolución Cubana. Pero en un contexto en donde en América Latina aparecían intentos desafiantes al imperio de EEUU, donde hubo quienes se animaron a romper relaciones diplomáticas como lo hizo Venezuela en su momento, como lo hizo Evo Morales en relación a las cadenas multinacionales. 
Chavez molestaba al imperio y Chavez está muerto. No se negocia con el enemigo, ellos no pregunta antes de envenenar, ellos no preguntan antes de tirar, ellos no preguntan antes de matar a millones de personas de hambre o bajo sus daños colaterales de alguna guerra inventada para quedarse con los recursos naturales del planeta. 
En ese contexto de un capitalismo que lleva al planeta a un límite de devastación impensado, CUBA da un paso complicado. ¿Necesario? probablemente necesario pues nadie puede vivir eternamente en una isla.

Pero es difícil pensar que la apertura a este mundo capitalista no hará de CUBA un lugar mejor donde vivir. ¿Será definitivamente el fin de la guerra fría, que ganaron “ellos”. Ellos que como dice Serrat “No conocen ni a su padre cuando pierden el control,  ni recuerdan que en el mundo hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal”

SI este es el fin de la guerra fría queridos compañeros, amigos, camaradas, queridos compatriotas de la América Grande, habrá que librar otra guerra, una que aprendiendo de las experiencias anteriores nos lleve a mejores puertos. Una en la que los comandantes no podrán ser los que apuestan a un capitalismo “bueno” o “menos malo”, no EXISTE tal posibilidad, si la base del funcionamiento es que unos ganen lo que otros pierden NO HAY POSIBILIDAD alguna de justicia social sin meterle mano a la burguesía y sus expresiones oligárquicas, multinacionales, eclesiásticas. No podremos darle de comer a todos los niños de nuestras tierras sin arrebatarles sus espurias ganancias. No entregarán su poder por consenso y por eso no hay revoluciones sin tensiones, sin conflicto, sin lucha y sin combates. 

Somos los que estamos, y somos muchos más de los que creemos quienes estamos dispuesto a dar todo por hacer de este un mejor lugar donde vivir, necesitamos organizarnos y no dejarnos confundir. Otro mundo es posible. Inventémoslo que “no hay revoluciones tempranas....crecen desde el pie”.

Viva la Revolución Cubana! 
Yankees go home!

6 de diciembre de 2014

La muerte de Diego. Un homicidio institucional

Documento del Grupo de Estudios sobre Sistema Penal y Derechos Humanos (GESPyDH). Instituto de Investigaciones Gino Germani. Facultad de Ciencias Sociales (UBA)



(Argentina) Diego tenía 17 años. Estaba detenido desde hacía 5 meses por disposición del Tribunal Oral de Menores Nº 1 de la Justicia Nacional, cuya titular es María Rosa Cassará (1). Cumplía su arresto en el Instituto Agote -denominación que se aplica a una cárcel para personas que aún no cumplen la mayoría de edad- dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENNAF) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Luego de “discutir” con el personal de la institución el joven fue sancionado por la directora Nidia González en virtud de haber “faltado el respeto verbal a un adulto” (sic). La funcionaria dispuso su encierro por 48 horas en un sector donde se emplazan celdas de aislamiento, ubicado en la planta baja de la institución, notablemente alejado del resto de la población encarcelada en pabellones y también de las oficinas del personal técnico y de guardia. La sanción de aislamiento no está prevista por el reglamento disciplinario de los Institutos Cerrados dependientes de la SENNAF.

El hecho que terminó con la muerte del joven se inició alrededor de las 20 hs. del jueves pasado, cuando se encontraba cumpliendo la sanción bajo modalidad de confinamiento solitario, en una celda de reducidas proporciones, con una ventana que no puede abrirse y una pequeña rejilla de ventilación. El joven además contaba con un encendedor que no le fue retirado preventivamente ante una situación de violencia e impotencia, sabiendo además que no contaba con colchón ignífugo. El guardia que debía permanecer a metros de dicha celda, custodiando ese sector, no se encontraba presente en su lugar: claros actos de violencia y abandono institucional. Las llamas y el humo avanzaron, la demora en asistirlo produjo un cuadro letal: Diego resultó herido con quemaduras del orden del 80% de su cuerpo y una fuerte intoxicación por inhalación de monóxido de carbono. Fue internado y agonizó en el Instituto del Quemado hasta el martes 1 de diciembre, cuando falleció.

La sanción “ilegal” de aislamiento, la falta de control y la demora en asistirlo fueron las “prácticas institucionales” que se tradujeron en una condena a muerte de un joven detenido cautelarmente, es decir, de un preso a la espera de juicio.