20 de agosto de 2015

Motivos para no bajar la edad de punibilidad

(Argentina) Parece que los períodos de campaña electoral fueran propicios para lanzar nuevas ofensivas en búsqueda de bajar la edad de punibilidad, de 16 a 14 años, de menores que cometen algún tipo de delito. Obviamente siempre hay algún detonador para estos planteos, pero nunca está en la agenda de la política -ni hablar del debate- cómo evitar más violaciones de derechos humanos de niños y adolescentes. El CEPOC - Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, ha vuelto a publicar (actualizados) los diez motivos para no bajar la edad de punibilidad, desde el colectivo de Somos los que estamos nos parece importante sumarnos a su difusión.


DIEZ MOTIVOS (ACTUALIZADOS) PARA NO BAJAR LA EDAD DE PUNIBILIDAD

1-  PORQUE SERÍA REGRESIVO: En el Derecho Internacional de los Derechos Humanos rige el principio de no regresividad y de progresividad: está prohibido regresar a instancias anteriores de la cobertura de un derecho, y solo se puede avanzar en dicha cobertura. El Código Penal sancionado en 1921 establecía la edad de punibilidad en 14 años. Durante el gobierno peronista, en 1954, se estableció en 16 años, en el marco de una política dirigida a la protección de la infancia (Ley 14.394). La Dictadura, en una de sus primeras medidas (Decreto Ley 21.338), derogó parcialmente esa norma, y fijó la edad de punibilidad en 14 años, decisión que mantuvo en el Régimen Penal de la Minoridad, creado en 1980 (Decreto Ley 22.278). En mayo de 1983, meses antes de la recuperación de la democracia, la edad de punibilidad volvió a establecerse en los 16 años. Regresar a la edad establecida por la Dictadura no parece una medida dirigida a la mejor protección de nuestros niños y adolescentes.

13 de agosto de 2015

Feliz Cumpleaños, Fidel

La realidad y los sueños

Escribir es una forma de ser útil si consideras que nuestra sufrida humanidad debe ser más y mejor educada ante la increíble ignorancia que nos envuelve a todos, con excepción de los investigadores que buscan en las ciencias una respuesta satisfactoria. Es una palabra que implica en pocas letras su infinito contenido.