5 de junio de 2017

La convocatoria de la Constituyente solo corre la arruga de la grave crisis

Hace un mes hablábamos de que el llamado a una Asamblea Constituyente era una huída hacia adelante, con lo que el gobierno intentaría solucionar los conflictos con actitudes que si bien parecen resolutivas, en realidad no hacen más que posponerlos. Por supuesto que el que huye hacia delante nunca cree que está posponiendo el problema sino solucionándolo.


Por Aram Aharonian
04/06/2017

Pero para ir solucionando el problema, debiera ir desactivando las bombas instaladas en la médula de la problemática. No se puede ver lo que ocurre hoy en ningún país con la mirada y las herramientas de la Guerra Fría y, por ende, no basta con declararse de izquierda, socialista o revolucionario, antiimperialista o enfrentado a Estados Unidos, para contar con el apoyo interno e internacional al proceso venezolano y legitimar un discurso travestido de revolucionario, lleno de consignas y falto de ideas y/o propuestas.

Como boxeador contra el encordado por la escalada insurreccional, el gobierno usó las mismas cuerdas para escapar del castigo, descentrando la ofensiva de la derecha que pretendía obtener resultados al cortísimo plazo, con una convocatoria a la Constituyente, una maniobra distraccionista que puso a la defensiva política y discursiva a la oposición.