Se ha escrito mucho sobre el desgraciado resultado electoral en Brasil con el triunfo en la primera vuelta electoral del fascista Jair Bolsonaro. Un nuevo salto hacia atrás en el continente.
En realidad pocos creían que el facho brasileño se acercaría
tanto al 50% en la primera vuelta, cifras que lo pone en la puerta de ganar la
presidencia. Era duro de creer que un misógino, racista, machista, admirador
confeso de los militares asesinos de Brasil pudiera llegar a gobernar en el
país donde el Partido de los Trabajadores había sorprendido con su paciente construcción
y luego su triunfo político.
Pregunto: cuando nos creímos que los yanquis habían entregado
su patio trasero o que estaban distraído por el Medio Oriente. Cuando: ¿Después
de las maravillosas jornadas contra el Alca en Mar del Plata? ¿La creación de
la Celac? o de la principal construcción política de América la Unasur.
Será de allí que nació la confianza de que marchábamos hacia
el triunfo final y empezamos hablar del Socialismo del siglo XXI cuando esa era
la salida creada por Chávez para Venezuela y muchos “escribas” entendieron que
era el camino para el continente. Época que nos denostaban a los que decíamos que
vivíamos una primavera que había que consolidar y aún no era el triunfo final.
Por lo que sea, porque no queríamos ver que el Brasil de
Lula queria ser potencia capitalista y pasó a integrar el BRICS (Con Rusia –
China – India y Sudáfrica) y lo impulsó a presentar una alianza electoral con
Temer para asegurarse el voto de la burguesía local, lo que llevó a perder a
decenas de movimientos sociales, particularmente a una parte de los Sin Tierra
y a la izquierda petista.
Mientras que con Temer llevó el huevo de la serpiente al
gobierno de Dilma. Que se podría esperar, más que lo que hizo cuando se le
presentó la oportunidad.
Obviamente, el imperio no te va a dejar implementar,
aunque sea de manera progresiva- medidas de fondo, con direccionalidad
antiimperialista, eso tampoco significa que te deje aplicar un populismo aunque sea de baja cuantía. Por eso adquiere un enorme valor la Bolivia de Evo acosada
sistemáticamente por el imperio y la falsa izquierda.
Yo siempre me pregunté ¿hay opción? sino vamos por todo.
Y me contesté que NO.
Y sino vayamos a los hechos. Paraguay, Ecuador,
Nicaragua, Argentina e incluso Venezuela (desde la desaparición física de Chávez).
Cuantos ejemplos más se necesitan para darnos cuentas que el imperialismo no
dejan de trabajar para que no exista la menor oposición a sus planes.
Vamos a seguir sin buscar en el fondo de los problemas.
La necesaria crítica y autocrítica que nos viene faltando desde la desaparición
del Mundo Socialista, ¿cuando la empezamos?
José Saramago dijo “La alternativa al neoliberalismo se llama
conciencia. Lo que se está preparando en el planeta en el que vivimos es
sencillamente un mundo para los ricos…. Los pobres son desechables”.
Loa conciencia o viene por izquierda o no viene. O viene
por el marxismo o no viene.
Cuba sigue siendo el camino, o morís porque vas por todo
o te matan ellos. O cual es el significado de Patria o Muerte. ¿Una consigna
más? No era así como la entendían el Che y Fidel.
Yo no puedo gritar vamos a volver porque nunca estuvimos.
Buscaremos recuperar, por cuarta o quinta vez, las conquistas perdidas, pero
para ir por más, con la direccionalidad de ir por un país antiimperialista,
multinacional, solidario, con raíces latinoamericanistas. Valores básicos que
esté en su enunciado, en su práctica y su programa. Para crear conciencia, para
evitar liderazgo mesiánico.
Soy consciente de que esto no es un escrito armado desde
le teórico. Tampoco intenta encontrar responsables fácilmente, mucho menos en
el PT, solo está basado en el dolor que me produjo Brasil el último domingo.
Ernesto Salgado
Martes 9 de octubre
Martes 9 de octubre
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