Venezuela.
Hay un solo camino
Los lineamientos que trazó Chávez, los que permanentemente
iba ajustando para caminar hacia el socialismo del Siglo XXI en Venezuela,
socialismo que muchas organizaciones, dirigentes y pensadores de izquierda
creyeron que era un camino lineal y sin contradicciones hacia un Socialismo
aplicable en todos lados, se había convertido en una esperanza para todo el
continente latinoamericano, tan importante, quizás, como lo fue la Revolución
Rusa y la Revolución Cubana en su momento, porque mostraba un camino.
Hoy esa revolución, la revolución de Chávez, está en
retroceso. Esa revolución, pese a los logros del chavismo, que aún perduran y
que será difícil que le saquen a ese pueblo bravío, atraviesa serias
dificultades.
Esta controvertida realidad es lo que voy a tratar de
explicar con la menor cantidad de palabras posibles.
Quizás convenga para fijar posición clara en torno a los
caballitos de batalla del imperialismo y sus lacayos, cuyo objetivo central es
borrar todo vestigio de revolución en la tierra de Bolívar y así terminar con
el ejemplo, y la idea que late en el continente de que la liberación no es una
utopía.
Por ello no está
demás aclarar que: en Venezuela no hay hambrunas. Venezuela no vive en
emergencia humanitaria. En Venezuela hubo elecciones limpias y el
triunfo de Maduro fue un duro revés para los planes de la derecha reaccionaria
y fascista y del imperio.
Todo esto sin negar que en Venezuela hay problemas muy
graves, que en mi opinión responden a tres factores centrales: el bloqueo
imperialista que día a día se siente más, el bloqueo de los grupos de poder interior
y a la incapacidad y contradicciones del Gobierno de Maduro para dar respuesta
a los obstáculos, particularmente económicos, muchos de los cuales ellos mismos
generan.
¿Porque la burguesía mundial plantea que Venezuela no es un
país democrático? Desde un análisis de clase la República Bolivariana de
Venezuela es un país democrático, sin dudas. En 20 años hubo 24 elecciones -22
de las cuales ganó el chavismo-.En estas última -20 de mayo- Maduro fue votado
por el 46% de los votantes (un poco más de 6.200.000 personas). Los críticos
hacen hincapié en que eso equivale solo al 30% del padrón electoral, cuando los
niveles normales de participación en una presidencial son del 38%. Tomar este
dato como central es falaz porque todos los presidentes que hoy desconocen el
triunfo de Maduro y son en su mayoría represivos y antidemocráticos (¡¡Mirá para
adentro Macri!!) fueron elegidos con un porcentaje menor de cada uno de sus
padrones electorales. Leer la cantidad de votos obtenidos sirve para adentro de
las fuerzas revolucionarias venezolanas, para no perder el pulso de los
acontecimientos.
La derecha más reaccionaria resolvió retirarse del proceso
electoral sin fundamentos convincentes. Es oportuno recordar: que ellos exigían
como punto central de sus reclamos el adelantamiento de las elecciones, y que
después de varias reuniones realizadas en Santo Domingo llegaron a un acuerdo
que luego se negaron a firmar. Objetivamente la derecha fascista venezolana
apuesta a una intervención militar dirigida por los yanquis. El último reclamo
realizado a la OEA, a través de una movilización, realizada en Caracas, de la
que participaron no más de 300 personas a las oficinas de ese “Ministerio de
Colonias”, tal cual lo llamó Fidel Castro, la movilización fue para llevar el
reclamo de que impidan la realización de las elecciones. Capriles, Ramos Allup,
Borges y Cía. dejaron solos a su militancia, incluso a los 4 gobernadores que
son de sus filas y que con esta abstención perdieron la mayoría en sus consejos
locales.
Es bueno que Maduro haya ganado las elecciones, a pesar de
que el pueblo chavista está bastante decepcionado con el actual presidente y su
entorno. Ahora queda por esperar que Nicolas Maduro haga una lectura correcta
de los resultados electorales, no desde el enfoque de la burguesía que sangra por la herida sino de lo
que supo ser el chavismo. Que lea correctamente porque perdió cerca de 3
millones de votos o porque el pueblo empieza a alejarse de la política como en
épocas de la 4º República. Si el madurismo no se da cuenta de lo que está
ocurriendo y sigue “embriagado por su victoria pírrica”, como dijo el escritor
Néstor Francia, el futuro es incierto.
El pueblo chavista sigue firme con el pedido de Chávez que
los orientó (en su momento) a acompañar a Nicolas Maduro. ¿Pero cuánto puede
durar?
Maduro el 20 a la noche, durante los festejos, prometió
medidas. Habló de 6 lineamientos para los próximos años. Si no los cumple le va
a costar terminar su mandato (enero de 2025).
Hay que encontrar una solución a la situación económica, que
hoy es paleada con las cajas CLAP. Hay que combatir a las mafias sin ningún
tipo de vacilaciones para que el cambio monetario que tendrá vigencia, a partir
del pedido de los bancos privados, en unos dos o tres meses vuelva a poner circulante en mano de la gente,
aunque esta concesión a los banqueros no es una buena señal, porque el pueblo
necesita ese dinero para que pare una inflación que hoy parece incontrolable.
En la Venezuela de hoy, la derecha fascista está en la lona,
no hay que darle tiempo para que se recupere. Solo se puede derrotar el bloqueo
con la participación popular consciente y para eso hay que recuperar el camino
de Chávez dándole soluciones a los problemas. Ahogando a las mafias internas. Pero el camino principal no es el dialogo
con la burguesía adentro. Es más tiempo de dictadura del proletariado que de
diálogo confesional y vacio.
Después de un mes de estar en Venezuela, me voy convencido
de que hay tres sectores que conviven en un mismo país: uno la burguesía aturdida y dirigida por una derecha,
incapaz, parasitaria, sin plan político; otra Venezuela madurista que es pequeña,
y por último un pueblo chavista que son bastante más que los 5.200.000 votos
que aportó el PSUV a la reelección de Maduro, que hay gran parte de los millones
de votos que se quedaron en el camino el 20 de mayo. Pero debo reconocer que me
fui con un ruido intenso en mi cabeza: ¿sacará el chavismo los pies del plato
para encarar a Maduro y obligarlo a torcer el rumbo? o lo que es peor aún ¿hay
algún dirigente dispuesto a hacerlo?, sino el pueblo que dio todo por Chávez
perderá el rumbo, Maduro seguirá dirigiendo –vaya a saber por cuánto tiempo- un
gobierno basado en un diálogo con los que quieren matar el ejemplo del camino
chavista. Solo el tiempo podrá explicar los acontecimientos. Hoy lo peor es
hacer futurismo. Pero no hay muchos caminos.
Ernesto Salgado
Buenos Aires, 29 de mayo de 2018
Buenos Aires, 29 de mayo de 2018
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