Ernesto Salgado
Del
colectivo Somos los que estamos.
A la distancia daría la sensación
de que Venezuela avanza –peligrosamente- por un camino de concesiones a la
derecha política, perdiendo el rumbo de los cambios. En su justo afán por derrotar
a los sectores fascistas más agresivos y absolutamente minoritarios va
perdiendo espacios de gobernabilidad e iniciativa política.
Por el camino del “dialogo” pareciera
que se están perdiendo conquistas y el camino trazado por Chávez en sus doce
años de gobierno, años por los que Venezuela avanzó –no sin concesiones y
aplicando el concepto de prueba y error- hacia un país que dejó de ser
rentista, -en el que unos pocos vivían de la renta petrolera-, para acercarse a
un país en camino al socialismo, con sus propias características. Proceso largo,
pero al socialismo no se llega estimulando al capitalismo sino arrebatándole
las palancas de poder y el manejo de la economía, manejo que en todos los
países latinoamericanos (excepto Cuba) aún conservan en mayor o menor medida.
Chávez tenía un plan y está escrito
en el Plan de la Patria.
Plan al que no me atrevo a llamar socialista, pero que
aplicándolo con firmeza te lleva por ese camino.
En la Venezuela de hoy se ha
instalado la idea del diálogo por encima de la aplicación del Plan de la Patria. Y aquí quizás reside el
principal problema, porque el diálogo es con el Movimiento de Unidad
Democrática (MUD), esa bolsa de gatos que juntó a la mayoría de los partidos de
derecha y que sólo están de acuerdo en desestabilizar económica y políticamente
la patria de Bolívar y Miranda, desestabilización que busca, por todos los
medios, un golpe de Estado contra el presidente Maduro.
En estos días, el gobierno tomó
la justa medida de desalojar los cuatro campamentos “de protesta” armados por
la derecha fascista, que no eran reivindicativos sino el “pañol” de
aprovisionamiento de elementos bélicos de acción rápida para así mantener para
el mundo la idea de que Venezuela es un país reprimido y de estudiantes
apaleados que solo reclaman la libertad de presos “injustamente detenidos”. Los
de los presos es todo un capitulo pues en su historial, muchos de estos,
acumulan un largo prontuario delictivo, de lo que la prensa del mundo no habla,
pero lo terrible es que el Gobierno tampoco con la suficiente claridad. Los que
nos estaría mostrando una debilidad en su política de comunicación que en la
situación actual puede ser una catástrofe.
Por su parte el MUD, ante esta
situación, suspende el diálogo, ubicándose en la posición de convocantes o lo
que es peor imponiendo los términos del mismo. Es decir de dirigentes de esa
instancia de “acercamiento”, que a la distancia pareciera que solo sirve para
alejar a Venezuela del camino que trazó Chávez. Mientras tanto el Gobierno lo
acepta y los espera. De alguna forma les otorga ese lugar que no les
corresponde.
Hay que ser claro que el MUD
recibe órdenes y dinero del Gobierno de EE.UU. No son un grupo de pobrecitos
improvisados. Es Obama quien no duda en decir públicamente que se va a ver
obligado a tomar medidas si el Gobierno de Maduro no respeta los Derechos
Humanos. Amenazas del país más asesino de la historia contemporánea.
Es realmente preocupante que en
esta situación el Gobierno bolivariano se alegre de llegar acuerdos con los
empresarios responsables de provocar el desabastecimiento –otra de las cartas
desestabilizadoras-. No se puede negociar con el capitalismo. No existen
capitalistas con buenas intensiones. El capitalismo es un sistema depredador y
explotador, apropiarse de las riquezas y del resultado del trabajo de los
obreros es su razón de ser y para ello no tienen fin, ni ahorra medios.
También es preocupante la
posición intrascendente que asume el UNASUR en estas circunstancias, produciendo
(el viernes 16 de mayo) un documento de 5 puntos, en el que pone en el mismo
nivel al Gobierno, amenazado y desestabilizado por un grupo antidemocrático,
que a los que buscan al golpe. La
UNASUR parece haberse convertido en una organización de naciones
burocráticas y componedoras, llegando al extremo de no nombrar a los EE.UU.
como el país que amenaza con sanciones a un país soberano. Si en la UNASUR se imponen Paraguay,
Perú, Colombia y Honduras habrá perdido su razón de ser.
Por otro lado, ya hay sectores
del chavismo militante que sienten un vacío de dirección política. Que perciben
el riesgo de la despolitización, de la pérdida de pasión, del desencanto y
tristeza de las masas trabajadores, de los sectores más humildes. En definitiva
observan una despolitización de la masa chavista. Sienten que se coló el
reformismo. Notan la ausencia del partido. Hace apenas unos días asesinaron a
uno de sus principales cuadros, me refiero a Eliézer Otaiza, hecho del que ya
no se habla. Estas actitudes y este vacío sea quizás el otro gran riesgo o
quizás el esencial.
Estos mismos sectores son los que
reclaman volver a Chávez. Son los que
dicen que no es posible medias tintas y seguir con el estímulo al capitalismo.
Por esa actitud, afirman, se llega a la derrota del Socialismo. Y no están
equivocados, de las crisis solo se sale profundizando las medidas que
benefician a los pueblos, nunca haciendo concesiones.
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