Una vez más el pueblo mostró cual es al camino. El
espíritu del Nunca Más por encima de cualquier tipo de demagogia y de cualquier
consigna sectaria.
Argentina - La presencia de cientos de miles de personas colmó el que
fue el principal acto recordatorio del golpe cívico militar, judicial y
religioso del que ayer se cumplieron 40 años. En la masiva respuesta reside el
hecho central de esta conmemoración.
Esa enorme masa anónima superó las especulaciones, miserias,
orgullos y diferencias estériles de los dirigentes políticos que en ansias del
crecimiento de sus propias fuerzas caen en el error de creerse dueños de la
resistencia popular, de quienes tienen una lectura sesgada de la realidad o de
quienes no pueden o no quieren aprender de la historia. La gente que fue por su
cuenta a la recordación del genocidio echó por tierra cualquier visión pequeña,
estrecha y unió -en los hechos- las dos convocatorias produciendo un solo acto.
Si entraron a la
Plaza de Mayo unos después de otros, si hubo dos documentos,
si hubo dos consignas presidiendo las columnas, queda como un hecho
absolutamente insignificante, resaltado únicamente por quienes hacen del
sectarismo su razón política sectorial o comercial, como es el caso de
Página/12 que vio solo una plaza llena de militancia kirchnerista. La realidad
es que una marea humana que iba y venia a lo largo de la Av. de Mayo y sus calles
laterales convirtió a este 24 de Marzo en un reclamo masivo y único de Memoria,
Verdad y Justicia, al margen de su pensamiento político, social, gremial o
religioso.
Foto de Telesur |
El otro hecho destacable es que le presencia de cientos de
miles reclamando Nunca Más a lo largo y ancho del país impidió el trasnochado
objetivo del Gobierno de apropiarse de la fecha, de ponerle su impronta y evitó
que el asesino de Obama pudiera convertirse en la figura central, más haya del
esfuerzo de los medios periodísticos hegemónicos. Y aunque intentaron burlarse
del dolor de un país, apenas si pudieron disfrazar su intento en un escondido
acto en el Parque de la
Memoria.
Le pelea por una sociedad que pueda funcionar por fuera de
los márgenes del capitalismo es grande, compleja y urgente, y requiere no solo
de la inteligencia y audacia de los dirigentes políticos sino de la grandeza
para aprender de la historia que no existen dueños de la resistencia popular,
existen vanguardias. Solo un pueblo organizado detrás de una firme –no
declamada- actitud y programa antiimperialista y latinoamericanista salvará al
país de volver a toparse con las peores versiones del capitalismo.
La dirigencia política y gremial debe hacer el enorme
esfuerzo de leer la Plaza
del pasado 24, de leerla en su complejidad, en su pluralidad en su riqueza,
debe abandonar el contador de columnas, para ver quien la tuvo “ms larga”, debe
estar a la altura de las circunstancias históricas. Eso es ser revolucionario
hoy, abrir caminos que den respuestas a los problemas sociales por fuera de la
lógica del capitalismo.
Magnánima tarea, no
imposible.
Colectivo Somos los que Estamos
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