Un día como hoy, hace 145 años, los parisinos nos enseñaban que se
puede vivir de otra manera.
Se ha escrito mucho sobre los
errores del pueblo parisino en las diez semanas que estuvo en el poder dentro
de los muros de una ciudad asediada, incluso Marx y Engels fueron críticos con
los comuneros en algunas cuestiones. Sin embargo, la mayoría de las iniciativas
importantes tomadas por los trabajadores apuntaban en dirección a la completa
emancipación social y económica de la población asalariada como clase. Ante
todo, a la Comuna
le faltó tiempo y un terrible baño de sangre puso fin a la Comuna.
Consideramos de interés insistir
en lo que V.I. Lenin, algunos años después, escribió en “Memoria
de la Comuna ”.
“La causa de la Comuna es la causa de la
revolución social, es la causa de la completa emancipación política y económica
de los trabajadores, es la causa del proletariado mundial. Y en este sentido es
inmortal”.
“La
Comuna surgió espontáneamente, nadie la preparó de modo
consciente y sistemático. La desgraciada guerra con Alemania, las privaciones
durante el sitio, la desocupación entre el proletariado y la ruina de la
pequeña burguesía, la indignación de las masas contra las clases superiores y
las autoridades, que habían demostrado una incapacidad absoluta, la sorda
efervescencia en la clase obrera, descontenta de su situación y ansiosa de un
nuevo régimen social; la composición reaccionaria de la Asamblea Nacional ,
que hacía temer por el destino de la República , todo ello y otras muchas causas se
combinaron para impulsar a la población de París a la revolución del 18 de
marzo, que puso inesperadamente el poder en manos de la Guardia Nacional ,
en manos de la clase obrera y de la pequeña burguesía, que se había unido a
ella”.
(…) “Fue un acontecimiento
histórico sin precedentes. Hasta entonces, el poder había estado, por regla
general, en manos de los terratenientes y de los capitalistas, es decir, de sus
apoderados, que constituían el llamado gobierno. Después de la revolución del
18 de marzo, cuando el gobierno del señor Thiers huyó de París con sus tropas,
su policía y sus funcionarios, el pueblo quedó dueño de la situación y el poder
pasó a manos del proletariado. Pero en la sociedad moderna, el proletariado,
avasallado en lo económico por el capital, no puede dominar políticamente si no
rompe las cadenas que lo atan al capital. De ahí que el movimiento de la Comuna debiera adquirir
inevitablemente un tinte socialista, es decir, debiera tender al derrocamiento
del dominio de la burguesía, de la dominación del capital, a la destrucción de
las bases mismas del régimen social contemporáneo”.
(…) “La Comuna adoptó algunas
medidas que caracterizan suficientemente su verdadero sentido y sus objetivos. La Comuna sustituyó el
ejército regular, instrumento ciego en manos de las clases dominantes, y armó a
todo el pueblo; proclamó la separación de la Iglesia del Estado; suprimió la subvención del
culto (es decir, el sueldo que el Estado pagaba al clero) y dio un carácter
estrictamente laico a la instrucción pública, con lo que asestó un fuerte golpe
a los gendarmes de sotana. Poco fue lo que pudo hacer en el terreno puramente
social, pero ese poco muestra con suficiente claridad su carácter de gobierno
popular, de gobierno obrero: se prohibió el trabajo nocturno en las panaderías;
fue abolido el sistema de multas, esa expoliación consagrada por ley de que se
hacía víctima a los obreros; por último, se promulgó el famoso decreto en
virtud del cual todas las fábricas y todos los talleres abandonados o
paralizados por sus dueños eran entregados a las cooperativas obreras, con el
fin de reanudar la producción. Y para subrayar, como si dijéramos, su carácter
de gobierno auténticamente democrático y proletario, la Comuna dispuso que la
remuneración de todos los funcionarios administrativos y del gobierno no fuera
superior al salario normal de un obrero, ni pasara en ningún caso de los 6.000
francos al año (menos de 200 rublos mensuales)”.
(…) “Lo que le faltó a la Comuna fue, principalmente
tiempo, posibilidad de darse cuenta de la situación y emprender la realización
de su programa. No había tenido tiempo de iniciar la tarea cuando el gobierno,
atrincherado en Versalles y apoyado por toda la burguesía, inició las
operaciones militares contra París. La Comuna tuvo que pensar ante todo en su propia
defensa. Y hasta el final mismo, que sobrevino en la semana del 21 al 28 de
mayo, no pudo pensar con seriedad en otra cosa. (…) Cerca de 30.000 parisienses
fueron muertos por la soldadesca desenfrenada; unos 45.000 fueron detenidos y
muchos de ellos ejecutados posteriormente; miles fueron los desterrados o
condenados a trabajar forzados. En total, París perdió cerca de 100.000 de sus
hijos, entre ellos a los mejores obreros de todos los oficios”.
A 145 años de la Comuna
de París saludamos aquellos hombres y mujeres que dieron su vida por vivir de
otra manera, por vivir en libertad e igualdad.
Colectivo Somos los que Estamos
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