Por Toby Valderrama y
Antonio Aponte (*)
Venezuela - Un filósofo amigo nos obsequió la siguiente
idea: “En política, lo real es lo que no se ve”. No recordamos de quién es el
pensamiento, la memoria cede lugar al olvido. Quizá sea del Apóstol Martí, o de los Jesuitas; lo
cierto es que funciona muy bien. Decía Sun Tzu: “Todo el arte de la guerra se
basa en el engaño”. Los ataques a Diosdado debemos estudiarlos sin perder de
vista qué hay detrás de lo aparente, qué busca la derecha. En ningún caso se
trata de lo que arguyen, no es una lucha al narco, lo que además sería una
hipocresía del país más consumidor. Veamos.
El escenario en el que se mueve nuestra política hoy es muy
claro: hay una confrontación entre el capitalismo y el Socialismo. El campo
capitalista se ubica en la oposición y también, aunque parezca paradójico, en
el gobierno: la llamada derecha interna. El campo socialista se encuentra en el
gobierno en dura lucha contra las derechas interna y externa. Se comprende que
el campo capitalista, usando diferentes tácticas, tiene como objetivo impedir el
avance del Socialismo. Esa es la esencia de la confrontación.
En este escenario, los gringos se mueven facilitando la
acción de las fuerzas antisocialistas, sus pasos llevan ese propósito, todo lo
que hacen es con ese fin. Es en ese teatro de operaciones donde debemos ubicar
la agresión a Diosdado.
El ataque proviene del capitalismo externo, de los gringos,
que buscan fortalecer las posiciones capitalistas dentro y fuera del gobierno y
debilitar las posiciones socialistas. Entonces, el ataque a Diosdado tiene
varios objetivos: debilitar al gobierno en general, dar oportunidades a la
derecha capitalista externa; pero también dividir al gobierno, potenciar la
opción capitalista interna.
Diosdado es un ícono militar chavista, del 4 de Febrero,
leal como el que más a Chávez. Siempre se ha mostrado cimarrón frente a los
intentos de pacto con la burguesía, ha sido discordante en las conversaciones
de pacto. Y lo que es más peligroso para los capitalistas: los militares y el
pueblo humilde se sienten interpretados en él.
Se comprende que los capitalistas recelen, que a la hora de
las definiciones, del desenlace, Diosdado puede ser un líder incómodo para las
derechas, no le conviene a ningún sector capitalista, puede impedir cualquier
arreglo.
La derecha interna, poco a poco, calladita, deslizándose por
la orillita, ha venido decapitando al sector chavista más representativo, le
teme a todo el que pueda albergar la posibilidad de dar continuidad cierta al
sueño de Chávez. Si vemos el conjunto de los defenestrados nos daremos rápida
cuenta de que es una operación en contra del sector chavista. Es tentador
pensar que lo de Diosdado es un regalo de los gringos a la derecha interna.
Sólo el tiempo podrá decir las consecuencias de este ataque
a Diosdado. Debemos rechazarlo con fuerza. Diosdado merece nuestro apoyo por
sus muchas cualidades, por la historia que lo acompaña, pero sobre todo porque
representa una esperanza de que el legado de Chávez, el vuelo alto al
Socialismo no será negociado.
Diosdado es, estamos seguros, uno de los combatientes que
estará, más allá de las declaraciones vacías, del lado del sueño de Bolívar, de
Chávez.
Ver publicación en:
elaradoyelmar.blogspot.com
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