"Recuerden que el eslabón más alto que puede alcanzar
la especie humana es ser
revolucionario"
Ernesto “Che” Guevara
-Argentina - A pocos
días de las elecciones presidenciales la izquierda revolucionaria vuelve a
tropezar con el viejo obstáculo: tener que optar por lo menos malo, siempre
dentro de opciones de derecha.
Ahora se trata de “Scioli o Macri”, porque no fuimos, una
vez más, capaces de plantar una alternativa diferente. El kirchnerismo se
fagocitó al progresismo y una parte importante de la izquierda sin que por
supuesto esta incidiera para que de allí naciera una alternativa de cambio. Obviamente,
tampoco pudieron incidir para evitar que el peronismo-kirchnerista llegara al 25
de octubre con su peor opción: Daniel Scioli. No pudieron ni podrán porque para
ser revolucionarios hay que crear una alternativa propia y dejar de creer en
los cantos de sirena.
Hace unos meses parecía, por los ataques de kirchneristas
–propios, advenedizos o asimilados-, que nunca soportarían que Scioli fuera el
candidato de Cristina. Ahora refugiados en que si no es Daniel es Mauricio
llaman a votarlo muy pocos por convicción y los otros con ilusión, desesperación,
miedo o vergüenza.
¿Y la izquierda revolucionaria que tiene que ver con esta
puja de derechas? ¿Por qué tiene que optar dentro de la coyuntura? Todo,
después de dejar pasar nuevamente el tren de la historia, que nos esperó –una
vez más- durante una década de reformas para que nos decidiéramos a subirnos a
él y lentamente fuéramos creando una alternativa propia.
De haber sido así hoy no optaríamos por lo menos malo, que
es una posición antirrevolucionaria.-Podríamos
estar ante una opción que nos permitiera acumular.
Ahora, los nuevos grupos, o los no tan nuevos, rasguñan
argumentos para llamar a impedir que la derecha de Macri gane las
presidenciales. Buscan votos para evitar que la nueva derecha se instale en la Casa Rosada.
Pareciera que en la rueda de la historia siempre estamos en
el mismo lugar, observando los mismos ciclos, pero cada vez con más dolor. Cada
paso que de ahora en más den los nuevos o viejos grupos revolucionarios
cargaran en sus mochilas, aunque estén convencidos de que no había otro camino,
con una conducta que deja nuevos desilusionados y políticamente desamparados.
No duden que en el país aún hay cientos de militantes que
están dispuestos a pelear por una nueva alternativa, de izquierda,
revolucionaria, que no estén obligados a optar sino a ser protagonista de la
historia.
Quienes, una vez más, no quisieron, supieron o pudieron
crear algo diferente, no olviden que tienen en el movimiento social esas
herramientas imprescindible y recuerden que “lo único que se construye de
arriba para abajo son los pozos”.
Ahora cada uno optará por lo que crea mejor (Scioli o
blanco), pero que la realidad sea un mazazo sobre nuestras cabezas, y sepamos
prepararnos para que en las luchas -que no duden se avecinan- sepamos construir
esa nueva identidad, que vaya unificando el pensamiento revolucionario en nuestro
país.
Ernesto Salgado
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