(Argentina) - Pareciera que de repente se posó sobre nuestro país la figura del buitre. Se nos cayó encima la realidad de lo que es el Capitalismo. Quizás para el Gobierno el golpe fue mayor porque creyeron que haciendo los deberes, jugar con sus reglas (que al final son de un sistema que comparten) o aceptar ir a su propio terreno geográfico, nos iban a tener consideraciones especiales.
Lo que sucedió con el fallo de la Corte Suprema de EE.UU., que rechazó la apelación argentina contra los fondos “buitre”, puso negro sobre blanco como es el sistema. La Justicia de los países capitalistas, la de allá y la de acá, juegan a favor de Gran Capital Financiero.
La Presidenta de la Nación en su discurso al país hizo una buena síntesis de cómo se generó la ilegal deuda externa argentina, que se empezó a generar en los años 50 del siglo pasado, la acrecentaron –y mucho- los gobiernos militares, que siguió con el megacanje, el blindaje, la convertibilidad, etc. Esa deuda que se debió y aún se debe investigar.
Como somos parte del mundo capitalista, por decisión política que también comparte este gobierno, de nada sirvió haber devaluado, haberle pagado al FMI, haber acordado con el Club de París, haber reconocido la jurisdicción del Ciadi, haber indemnizado a Repsol o haber renegociado -en tres oportunidades- el 92% de la deuda ilegítima que tenía otros buitres mas chicos y los que prefirieron cobrar de a poco, pero cobrar. Serían algo así como los buitres “buenos”.
Ese 8% de buitres más “malos” que se dedica a comprar deuda soberana en default y tienen tiempo para esperar porque sabe que a la larga o a la corta, en el mundo de los capitalistas, las cosas van por el camino que marcó la Corte Norteamericana. Así es el mundo capitalista al que nuestro país pertenece y que está preocupado en “honrar sus deudas”, es decir algo parecido al principio mafioso de que con la guita no se jode.
En el fondo de la cosa es que somos, concientemente, parte de la crisis capitalista, sus permanentes disputas internas y sus leyes del juego.
Los fondos buitres empezaron a comprar bonos de la deuda argentina en el 2001, cuando se empezó a saber que Argentina no iba a poder pagar. Ya lo habían hecho con Rusia y otros países, porque se dedican a eso. Obviamente se sabía que no entrarían a la reestructuración de la deuda, pero Argentina aceptó ir a juicio con ellos, obviamente en los tribunales norteamericanos. Inocencia y pertenencia.
Salimos a disputar con Paul Singer, la cara visible de los fondos buitres que compraron deuda soberana en default y reclaman el pago total de esos bonos. Singer es un ejecutivo norteamericano, nacido en Nueva York, graduado en Hardvard, que financió las aspiraciones presidenciales del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. ¿Alguien podía creer que este personaje se iba ablandar ante las necesidades de una parte del pueblo argentino, que tiene que ver eso con su idiosincrasia y pertenencia de clase?
Es verdad que este Gobierno no contrajo la deuda externa, fueron otros gobiernos peronistas, radicales y militares. Es una deuda del Estado Argentino, capitalista, y como tal juega con los parámetros del capitalismo, y "honra" sus deudas capitalistas. Estado argentino administrado por estos años por los Kirchner, en otros por los Menem, en otros por los Videlas... Todos ellos enriquecidos a costa del hambre del pueblo argentino.
También es verdad que al Juez Griesa le importa un pito la Argentina, sus habitantes y mucho menos los pobres. Él es otro representante del capitalismo, en este caso cumple con la función de "hacer honrar" las deudas, a costa del hambre de los pueblos.
Pero también es verdad que el gobierno no para de hacer buena letra con Obama, porque quizás este se ponga de nuestro lado, casi casi como lo hicieron en la Guerra de Malvinas (1982).
La verdad es que todo empieza cuando este gobierno tampoco investiga la deuda externa, como se contrajo y se niega a pagarla por inmoral e injusta. Aunque se comprometió a ello en la campaña electoral que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia.
El fallo del Juez Ballesteros en año 2000, después de 18 años de investigación, declaró a la Deuda como ilegal, ilegítima y fraudulenta. Pero el camino que se optó fue un canje de deuda con quita (2005) y pagar al Fondo Monetario Internacional (2006) y renegociar la deuda con el Club de París (2014).
En el discurso se culpa a quienes contrajeron la deuda, pero en los hechos se la acepta en aras de “honrar” los compromisos del país para que no se pare la inversión de los capitales extranjeros, que van a venir siempre por lo mismo, como que siempre estarán listos los buitres buenos y malos para agazapados ver donde está el negocio y desgarrarnos como país.
Un miembro de este Colectivo Somos los que Estamos, vió y fotografió una pintada con aerosol en las calles de Barcelona, que en catalán aseguraba: "esto no es crisis, es capitalismo". Y esa es la cuestión... mientras discutamos capitalismo malo o bueno, buitres malos o buenos, estamos girando en la misma lógica de un sistema que produce y reproduce pobreza, injusticia y rapiña.
Quizás sea el momento de convocar al pueblo y preguntarles que quieren hacer con la deuda externa, pero con todas las cartas arriba de la mesa. Una gran utopía lo asumimos, pero son las utopías las que nos permiten caminar hacia delante, como nos enseñó Galeano.
Lo que sucedió con el fallo de la Corte Suprema de EE.UU., que rechazó la apelación argentina contra los fondos “buitre”, puso negro sobre blanco como es el sistema. La Justicia de los países capitalistas, la de allá y la de acá, juegan a favor de Gran Capital Financiero.
La Presidenta de la Nación en su discurso al país hizo una buena síntesis de cómo se generó la ilegal deuda externa argentina, que se empezó a generar en los años 50 del siglo pasado, la acrecentaron –y mucho- los gobiernos militares, que siguió con el megacanje, el blindaje, la convertibilidad, etc. Esa deuda que se debió y aún se debe investigar.
Como somos parte del mundo capitalista, por decisión política que también comparte este gobierno, de nada sirvió haber devaluado, haberle pagado al FMI, haber acordado con el Club de París, haber reconocido la jurisdicción del Ciadi, haber indemnizado a Repsol o haber renegociado -en tres oportunidades- el 92% de la deuda ilegítima que tenía otros buitres mas chicos y los que prefirieron cobrar de a poco, pero cobrar. Serían algo así como los buitres “buenos”.
Ese 8% de buitres más “malos” que se dedica a comprar deuda soberana en default y tienen tiempo para esperar porque sabe que a la larga o a la corta, en el mundo de los capitalistas, las cosas van por el camino que marcó la Corte Norteamericana. Así es el mundo capitalista al que nuestro país pertenece y que está preocupado en “honrar sus deudas”, es decir algo parecido al principio mafioso de que con la guita no se jode.
En el fondo de la cosa es que somos, concientemente, parte de la crisis capitalista, sus permanentes disputas internas y sus leyes del juego.
Los fondos buitres empezaron a comprar bonos de la deuda argentina en el 2001, cuando se empezó a saber que Argentina no iba a poder pagar. Ya lo habían hecho con Rusia y otros países, porque se dedican a eso. Obviamente se sabía que no entrarían a la reestructuración de la deuda, pero Argentina aceptó ir a juicio con ellos, obviamente en los tribunales norteamericanos. Inocencia y pertenencia.
Salimos a disputar con Paul Singer, la cara visible de los fondos buitres que compraron deuda soberana en default y reclaman el pago total de esos bonos. Singer es un ejecutivo norteamericano, nacido en Nueva York, graduado en Hardvard, que financió las aspiraciones presidenciales del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. ¿Alguien podía creer que este personaje se iba ablandar ante las necesidades de una parte del pueblo argentino, que tiene que ver eso con su idiosincrasia y pertenencia de clase?
Es verdad que este Gobierno no contrajo la deuda externa, fueron otros gobiernos peronistas, radicales y militares. Es una deuda del Estado Argentino, capitalista, y como tal juega con los parámetros del capitalismo, y "honra" sus deudas capitalistas. Estado argentino administrado por estos años por los Kirchner, en otros por los Menem, en otros por los Videlas... Todos ellos enriquecidos a costa del hambre del pueblo argentino.
También es verdad que al Juez Griesa le importa un pito la Argentina, sus habitantes y mucho menos los pobres. Él es otro representante del capitalismo, en este caso cumple con la función de "hacer honrar" las deudas, a costa del hambre de los pueblos.
Pero también es verdad que el gobierno no para de hacer buena letra con Obama, porque quizás este se ponga de nuestro lado, casi casi como lo hicieron en la Guerra de Malvinas (1982).
La verdad es que todo empieza cuando este gobierno tampoco investiga la deuda externa, como se contrajo y se niega a pagarla por inmoral e injusta. Aunque se comprometió a ello en la campaña electoral que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia.
El fallo del Juez Ballesteros en año 2000, después de 18 años de investigación, declaró a la Deuda como ilegal, ilegítima y fraudulenta. Pero el camino que se optó fue un canje de deuda con quita (2005) y pagar al Fondo Monetario Internacional (2006) y renegociar la deuda con el Club de París (2014).
En el discurso se culpa a quienes contrajeron la deuda, pero en los hechos se la acepta en aras de “honrar” los compromisos del país para que no se pare la inversión de los capitales extranjeros, que van a venir siempre por lo mismo, como que siempre estarán listos los buitres buenos y malos para agazapados ver donde está el negocio y desgarrarnos como país.
Un miembro de este Colectivo Somos los que Estamos, vió y fotografió una pintada con aerosol en las calles de Barcelona, que en catalán aseguraba: "esto no es crisis, es capitalismo". Y esa es la cuestión... mientras discutamos capitalismo malo o bueno, buitres malos o buenos, estamos girando en la misma lógica de un sistema que produce y reproduce pobreza, injusticia y rapiña.
Quizás sea el momento de convocar al pueblo y preguntarles que quieren hacer con la deuda externa, pero con todas las cartas arriba de la mesa. Una gran utopía lo asumimos, pero son las utopías las que nos permiten caminar hacia delante, como nos enseñó Galeano.
Colectivo de Somos los que Estamos
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