Con Hugo Chávez en Venezuela se inicio un proceso
revolucionario peculiar, a la venezolana, pero en definitiva un proceso de
cambios.
Para lograrlo Chávez tenía claro algunas cosas: que debía
calar hondo en el pueblo más postergado y este entender que los cambios eran para
ellos, y así fue. De entrada supo que había condiciones en la América postergada y era
necesario empujar un proceso continental e impulsó el ALBA, el UNASUR,
Petrocaribe, la CELAC
e ingresó en el Mercosur. Supo que tenía que aferrarse a la Revolución Cubana
y lo hizo.
La idea del socialismo en Chávez fue creciendo en la medida
que impulsaba la reforma constitucional e implementó las Misiones
(Vivienda-Salud-Educación- etc), y en un camino de prueba y error fue avanzando
y ajustando sus pasos. Muchos de errores por él reconocidos no tuvo tiempo de
remediarlos, otros quizás no llegó a vislumbrarlos, no le alcanzó la vida,
quizás se la quitaron. Pero en Venezuela se acabó con el analfabetismo, el
acceso a la salud no es un privilegio, había desaparecido la desocupación, y
siempre con el enemigo acosando.
El imperio nunca durmió, la abominable y repudiable derecha,
que durante años hambreo al pueblo, tampoco cesó en sus acciones y los intentos
golpistas se repitieron. La derecha venezolana nunca salió a la calle a
protestar en defensa de sus supuestos derechos, siempre salió a provocar la
caída del gobierno. Este es el objetivo de Ramos Allup, Henrique Capriles,
Jesús Torrealba o el asesino y condenado Leopoldo López
La crisis internacional, los manejos del capitalismo en el
precio del petróleo y la existencia de una derecha que se aferra con uñas y
dientes para no perder sus privilegios prebendarios en un país en el que
siempre vivieron de la renta petrolera, era lo que los yanquis necesitaron para
acelerar sus planes, que consiste en borrar de la faz de la tierra hasta el
último resquicio, el último ejemplo, de la revolución bolivariana.
Estos son los días más difíciles. Después de haber hundido
al país en una crisis alimentaria seria (aunque es mentira que haya hambrunas)
apelando a maniobras de acaparamiento y desarrollo de las mafias, empezaron a
ejecutar el golpe final: ir primero por Nicolás Maduro para ir después por la
revolución, con el apoyo de la derecha mundial -que los acompaña- y bajo la
tutela yanqui a quienes le rinden pleitesía.
Los lideres de la derecha llaman con todo descaro a voltear
al gobierno, ya no se trata (en realidad nunca lo fue) un referéndum contra
Maduro.
El pueblo chavista ya está en las calles, con todo derecho y
decisión, y se dispone a proteger la revolución y evitar que la derecha obtenga
sus resultados.
¿Los pueblos latinoamericanos nos vamos a quedar mirando? ¿O
será que la acción del imperio ha logrado paralizarnos?
Ernesto Salgado
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