El 19 de julio de 1976 un Grupo de Tareas del Ejército
argentino, encabezado por el capitán Juan Carlos Leonetti, irrumpía en un
departamento de Villa Martelli, donde luego de un intercambio de disparos caen
muertos Roberto Santucho y Benito Urteaga, y capturaron a Domingo Menna, a su
compañera Ana María Lanzillotto (embarazada) y a Liliana Delfino (compañera de
Santucho). Los cuerpos de Santucho, Urteaga, Lanzillotto, Menna y Delfino jamás
fueron encontrados.
Somos los que estamos quiere recordar este hecho trágico
para los revolucionarios latinoamericanos con un fragmento del libro de Luís
Mattini “Hombres y mujeres del PRT-ERP de Tucumán a La Tablada ”.
“La historia de la formación del PRT-ERP está
indisolublemente ligada a la figura de unos de sus principales fundadores,
Mario Roberto Santucho, una de cuyas más destacadas virtudes fue el intento de
aplicar consecuentemente el contenido de las célebres tesis de Marx sobre
Feuerbach:
(...) II: 'El
problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva,
no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde
el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir la realidad y el poderío, la
terrenalidad de su pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema
puramente escolástico (...)
XI. Los filósofos no han hecho más
que interpretar al mundo de diversos modos, pero de los que se trata es de
transformarlo'.
Mattini más adelante dice “Los mejores rasgos de la
idiosincrasia santiagueña se anidan en el joven Santucho: sensibilidad social,
tendencia a la reflexión y a hablar solamente lo necesario y con conocimiento
de causa, cierta paciencia para escuchar a los demás y por sobre todas la cosas
una notable capacidad para transformar las palabras en hechos.
Sus hermanos y amigos más íntimos comentaban que lo que le decidió
a abrazar el marxismo-leninismo fue la visita a Cuba precisamente en el momento
que Castro declaraba el carácter socialista de la revolución”.
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