Ni la democracia
representa a los pueblos,
ni la legalidad
significa Justicia.
Vicente Feliú
(cantautor cubano)
Ya asumió Mauricio Macri. Terminó el vergonzoso
show mediático sobre a qué hora terminaba el mandato de la presidenta saliente
y empezaba el entrante, quien aún no podía asumir porque debía jurar. Se llegó
al ridículo de hablar de un presidente por 12 horas al que se lo denominó
“Presidente Cautelar”. Hechos de “enorme envergadura” (por Dios), acompañados
de dónde se entregaban los atributos monárquicos (la banda y el bastón), que
aún subsisten como demostración de la buena democracia burguesa que somos.
Cristina Fernández no quería salir en la foto con Mauricio Macri y Cambiemos
se lo sirvió en bandeja con la presentación de una absurda cautelar, que la
“Chuchi” Servini de Cubria aceptó para tener un palco preferencial en el teatro
de comedia. Quizás Macri tampoco quería esa foto (a la hora de fantasear, en un
país irreal, todo es posible).
El fallo de la Jueza
Federal Servini de Cubría es una reafirmación de que la Justicia burguesa está al
servicio de su clase. Atentando siempre contra los intereses populares. Los
jueces federales son la punta de lanza de los intereses imperiales. Esto es así
desde que Carlos Menem creó el fuero. ¿O recién nos enteramos ahora?
Pero vayamos del palacio, a la calle. Cristina Kirchner se fue con un acto realmente magnífico que reafirma su inserción popular, pero también agiganta el interrogante que planteamos en artículos anteriores: ¿por qué eligió a Aníbal Fernández y Daniel Scioli para la contienda electoral?
Sigamos en la calle. Después de todo, Macri se dio el gusto de pasearse en un auto descapotado por
Las calles del 9 y el 10 no deben perderse de vista a la hora de pensar como
serán los próximos meses. La primera pregunta que surge es: ¿el peronismo estará
dispuesto a poner el acento en defender las conquistas sociales o su
preocupación seguirá puesta en defender, casi idolatrar, a la lideresa
retirada?
En fin, para cualquier pulseada se necesitan dos. Y
aquí se cruzaron dos personas que se sienten dueña y dueño de la verdad y que
no estaban dispuestos a ceder nada. Por eso, señoras y señores, se levantó el
telón. Y hubo show.
Pero, Presidenta y Presidente, Cristina y Mauricio,
la realidad está en otro lado, somos millones que no participamos del
espectáculo y como exigimos ayer, hoy vamos a cuidar lo alcanzado y seguir
reclamando, porque es mucho lo que falta. Como también son miles los que
estuvieron en la calle y no se chupan el dedo.
Es verdad que el país nunca estuvo tan a la izquierda, es así a la hora de
pasar lista a las conquistas sociales y a la política latinoamericanista
–interesantes pero insuficientes-.
Pero tampoco debemos olvidar que nunca antes la derecha extrema –lugar donde se corrió ahora el péndulo- llegó al gobierno con el voto de la gente.
Pero tampoco debemos olvidar que nunca antes la derecha extrema –lugar donde se corrió ahora el péndulo- llegó al gobierno con el voto de la gente.
Y es que ambos hechos -aparentemente contradictorios- no fueron obra de la
casualidad, sino que respondieron a realidades sociales muy concretas.
¿Alguien se podía imaginar un gobierno muy diferente al de Néstor K. después
del 2001 y los asesinatos de Kosteki y Santillán en el Gobierno de Duhalde
había espacio para otra cosa?
Y ahora, después de tanta ofuscación de los sectores medios y medios bajos,
con un gobierno que entraba en el tobogán económico, sacudido por una creciente
inflación, que no escuchaba sino aturdía con discursos de una soberbia pocas
veces vista en la conducción del país. Y todo mientras la gente reclamaba otra
cosa. Así, no es tan loco pensar que podía surgir un Macri, cuando del otro lado
estaba Scioli, tan de derecha como él, atenazado con un compromiso que no
quería ni creía.
Sabemos, lo dijimos siempre, que el gobierno de Cristina no fue la panacea.
Nunca estuvimos tan mal en temas como el ambiental. Se entregó nuestra minería
y pasó a reinar la
Barrick Gold. Se recuperó YPF pero se le dio la explotación
de Vaca Muerta a Chevron (no quiere decir esto que estemos de acuerdo con la
explotación no convencional de los hidrocarburos). Se le abrieron las puertas
de par en par a Monsanto y la soberanía alimentaria pasó a ser un tema de
batalla.
Mientras tanto, los aborígenes siguen perdiendo sus tierras. La salud pública, particularmente en la provincia de Buenos Aires, está al borde de la emergencia. Con Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología de los K y ahora de Macri, se ejecutó el desguace del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
Mientras tanto, los aborígenes siguen perdiendo sus tierras. La salud pública, particularmente en la provincia de Buenos Aires, está al borde de la emergencia. Con Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología de los K y ahora de Macri, se ejecutó el desguace del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
Según la Coordinadora
contra la Represión
Policial e Institucional, 3070 personas fueron asesinadas por
el represión estatal durante las gestiones kirchneristas (2003-2015). Las
policías provinciales, los servicios penitenciarios y la Policía Federal
son los principales responsables, y la cifra representa el 65 por ciento del
total de los casos de violencia institucional desde la vuelta de la democracia.
A pesar de todo esto, lo que viene es peor. Los que vienen tras el pasito de baile torpe de Macri en el balcón histórico representan a lo más rancio de la oligarquía y los grandes capitales, las medidas tomadas -y peor aún las enunciadas- nos están mostrando lo que se viene.
La devaluación y por ende el aumento significativo de los precios de la
canasta familiar es un hecho, quizás la próxima semana ya la empecemos con un
dólar alrededor de los 18 pesos. Los fondos buitres ahora serán amigos y los
dólares que les faltan para tranquilizar al campo, abrir el cepo y joder a los
industriales argentinos, van a ser prestado en principio por bancos de
EE.UU. y España. China aportará algunos millones más. Una pinturita de entrega.
Es esta Argentina esquizofrénica, donde socialmente
estamos mejor pero la presencia de las multinacionales no se afectó. En esta
Argentina, novia querida y cuidada, sólo queda construir un camino: el de la
unidad antiimperialista, sin mezquindades, falsas mayorías y arrogancias de
quién representa mejor a los sectores populares. Construir no pensando en
siguientes elecciones, sino para enfrentar a la derecha que viene por la
revancha, porque el imperio siempre quiere tener todo.
Colectivo Somos los que estamos
No hay comentarios:
Publicar un comentario