12 de julio de 2015

Graciela uno de tus asesinos ya está en la cárcel. Que se pudra ahí.


(Argentina) - El miércoles 8 de julio el juez Norberto Oyarbide dictó la prisión preventiva  de Carlos Polo ex secretario de Comunicación Académica de la Delegación Avellaneda de la UTN y uno de los principales responsables del secuestro y posterior asesinato de Graciela Pane, dirigente del centro de estudiantes de esa casa de estudios.

Aún andan prófugo Raúl Bronzzini (Secretario Académico) al que el Juez no le concedió la eximición de prisión, y Agustín Monteagudo quien era el decano cuando hace 40 años, el 4 de octubre de 1975, la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), asesinó a Graciela.

Los tres son los principales responsables de la muerte de Graciela y del hijo que llevaba, desde hacía 5 meses, en sus entrañas.


El 9 de julio nos concentramos en el local de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), acompañando a Lina, su hermana, algunos de quienes fuimos sus compañeros de militancia en la filas de la Federación Juvenil Comunista, los dirigente de la Liga y pocos muy pocos organismos defensores de los DD.HH., para anunciarle a la prensa el significado de esta medida del Juez Oyarbide. Una prensa que no asistió demostrando una  vez más que hay un marcado interés por ocultar -por acción u omisión- la acción asesina de la Triple A.

O será porque la AAA nació, cuando Héctor Campora incorporó a López Rega en el gobierno. Ese cabo de la Federal devenido -de la noche a la mañana- en comisario empezó a juntar a militantes de Tacuara, CNU, Guardia Restauradora Nacionalista (GRN) y Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA), y otros grupos de derecha fascista, con el objetivo de luchar contra la izquierda argentina. La tres A tomó impulso cuando Juan D. Perón nombró a López Rega su secretario personal y en 1973 el presidente provisional Lastiri lo puso al frente del Ministerio de Bienestar Social, puesto en el que continuó durante los gobiernos de Perón (hasta su muerte –1º de julio de 1974-) y luego con Isabel Martínez de Perón hasta el 24 de marzo de 1976.

No hace falta mucho esfuerzo para observar que la represión de Estado contra los luchadores (comunistas, montoneros, ERP, dirigentes estudiantiles, sindicales y sociales etc.,) empezó antes que se produjera el golpe de Estado militar. Las Tres A habían iniciado el trabajo que los milicos profundizaron y sistematizaron.

La Alianza Anticomunista es la autora de la desaparición y muerte de alrededor de un millar de militantes. Los primeros de esa larga lista de 30.000 desaparecidos.

La lucha por la Verdad y la Justicia empieza con la triple A, no con los caídos a partir del 24 de marzo de 1976. Si el freno a la investigación y justicia es porque esta organización asesina operó durante un gobierno peronista, bajo la presidencia del mismo Perón,  entonces nunca habrá justicia para los muertos por las AAA y los 30000 que continuaron, la búsqueda por verdad y justicia no debe importar si mancha públicamente esa agrupación política, sino nunca se podrá ir hasta el hueso

Hoy día hay unos quinientos casos de asesinatos de la triple A que están en proceso de investigación,  pero con poco apoyo de los organismos y el Estado. Es sin dudas una materia pendiente.

En algún lugar de nuestro interior aspiramos a que la detención y condena de los asesinos de Graciela sea la profundización de un camino para encarcelar a los asesinos de la triple A. Pero depende de un pueblo que no le ponga límites al reclamo de Justicia.

40 años es mucho tiempo para conseguir Justicia, pero no tanto si al final hay una generación que podrá cerrar su ciclo de vida un poco más tranquilo y feliz. Por eso Graciela, así como este jueves 9 de julio, en la sede de la Liga, levantamos una copa de vino en tu memoria y por la lucha, así como cada 4 de octubre te acercamos una flor al cementerio de Avellaneda, así como siempre está en nuestra memoria la imagen de Ermelinda (tu querida vieja), así seguiremos brindando y peleando ante cada bestia que nuestro pueblo logre meter entre rejas.

Por eso, Graciela, en mi caso busco justicia, pero también me impulsa esa enorme gana de evitar la impunidad, porque los asesinos que aún viven no pueden pasearse tranquilo por las calles de nuestras ciudades sin pagar con su carne todo el dolor que le produjeron a la tuya.

Ernesto Salgado

Perteneciente al Colectivo de Somos los que Estamos

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