A ESTA ALTURA DE LOS ACONTECIMIENTOS NO SE PUEDE NEGAR LAS ACCIONES GOLPISTAS DE LA DERECHA VENEZOLANA.
Primero las guarimbas (piquetes violentos), después un brutal desabastecimiento de productos primarios (aún en curso), luego la búsqueda de que se aplique la Carta Democrática de la OEA, siempre con el respaldo del imperialismo yanky. O la utilización de todos estos instrumentos simultáneamente.
A pesar de que la oposición de derecha dispone de la figura del referéndum revocatorio para intentar sacar del poder a Nicolás Maduro, ahora parece haber metido en el freezer esta opción (la única legal) y optó nuevamente por la desestabilización golpista. Con llamados claros a voltear al gobierno constitucional este primero de setiembre, cuando -dicen- realizarán una "toma de Caracas".
Mas allá de los desaciertos del gobierno de Maduro en materia económica y política, hay un pueblo dispuesto a enfrentar a la derecha, tal cual quedó demostrado en la marcha convocada por el vicepresidente del PSUV Diosdado Cabello el martes 30 de agosto, que colmó la plaza Caracas, acto que se sumó a la decenas de actividades similares realizadas en todo el país.
Algunos dirigentes y principalmente el pueblo chavista ven el principio de una nueva escalada golpista en Venezuela. Los latinoamericanistas, progresistas, antiimperialistas y revolucionarios del continente tenemos que estar alerta y denunciar estas maniobras golpistas de la derecha venezolana.
Hay que salir a repudiar la intentona. Hay que movilizar las redes sociales para denunciar los objetivos de los escuálidos del país de Chávez. Hay que que acompañar a un pueblo que resiste.
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