5 de febrero de 2015

“Un silencio profundo”

(Argentina) - Así describió la mamá de Ismael Sosa la falta de respuesta del poder ejecutivo Nacional y de Córdoba sobre el asesinato de su hijo en manos de la “maldita policía” cordobesa.

La madre de Ismael relata con pesar pero con certezas la violencia de la que es víctima su familia desde el momento en que comenzaron la búsqueda de Ismael, tras haber sido visto por última vez en manos de la policía que “cachaba” a los jóvenes que entraban al recital de La Renga el pasado 24 de enero en Calamuchita, Córdoba. Después de 5 días de búsqueda intensa de los familiares el cuerpo de Ismael apareció flotando en el río.

“Lo sabía, lo sabía a Ismael lo mato la policía” coreaban quienes se acercaron el pasado lunes frente a la casa de Córdoba en la ciudad de Buenos Aires pidiendo justicia por Ismael, pero ningún canal de aire, ni diario masivo dio a este tema ni una milésima parte del espacio que ocupa, por ejemplo, la muerte del fiscal Nisman.

Con el asesinato del joven de 24 años en manos de las fuerzas de seguridad del Estado, esta vez en la provincia de Córdoba, se engrosa la estremecedora lista de homicidios cometidos por las policías provinciales, que en democracia ascienden a 4.321, según las cifras de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional – CORREPI. La cantidad de personas que viajan en 400 aviones son la cantidad de jóvenes asesinados por las policías provinciales, Federal y metropolitana desde 1983.

Pero los grandes medios, inclusive los públicos, se ocupan solo de la SIDE y de NISMAN, haciendo que informan mientras desinforman, solo ráfagas de segundos ocupó el aniversario de la desaparición de Luciano Arruga, que a los 16 años tuvo que padecer hasta su muerte a la maldita policía, esta vez la bonaerense.

Ojalá escuchemos pronto una cadena nacional sobre este tema, ojalá leamos pronto en los grandes diarios, los de “Un lado” y los del “otro”, todos paladines de la libertad de prensa: Justicia por Ismael.

El Estado en su faceta represiva mata sistemáticamente a los jóvenes pobres, esto sí hace peligrar la democracia.

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